Las siete colinas:
Roma estaba llena de diversas colinas en las que al principio vivía cada tribu. Se dice que Rómulo comenzó a edificar Roma sobre el monte Palatino, que es una de las colinas.
Las siete colinas de Roma situadas al este del río Tíber han protagonizado numerosísimos pasajes literarios y son una referencia muchas veces repetida en la cultura popular.
Las siete colinas de la Roma antigua eran:
·El monte Aventino (Collis Aventinus), de 47 metros de alto.
·El Capitolino (Capitolinus), que tenía dos crestas: el Arx y el Capitolium, de 50 metros de alto.
·El Celio (Caelius), cuya extensión oriental se llamaba Caeliolus, de 50 metros de alto.
·El Esquilino (Esquilinus), que tenía tres cimas: el Cispius, el Fagutalis y el Oppius, de 64 metros de alto.
·El monte Palatino (Collis Palatinus), cuyas tres cimas eran: el Cermalus o Germalus, el Palatium y el Velia, de 51 metros de alto.
·El Quirinal (Quirinalis), que tenía tres picos: el Latiaris, el Mucialis o Sanqualis, y el Salutaris, de 61 metros de alto.
·El Viminal (Viminalis), de 60 metros de alto.
·El monte Aventino (Collis Aventinus), de 47 metros de alto.
·El Capitolino (Capitolinus), que tenía dos crestas: el Arx y el Capitolium, de 50 metros de alto.
·El Celio (Caelius), cuya extensión oriental se llamaba Caeliolus, de 50 metros de alto.
·El Esquilino (Esquilinus), que tenía tres cimas: el Cispius, el Fagutalis y el Oppius, de 64 metros de alto.
·El monte Palatino (Collis Palatinus), cuyas tres cimas eran: el Cermalus o Germalus, el Palatium y el Velia, de 51 metros de alto.
·El Quirinal (Quirinalis), que tenía tres picos: el Latiaris, el Mucialis o Sanqualis, y el Salutaris, de 61 metros de alto.
·El Viminal (Viminalis), de 60 metros de alto.
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